El confinamiento: ¿única respuesta?

A poco de leer que se puede hacer con los residuos peligrosos en particular, con las pilas y baterías, nos encontraremos con que una de las opciones es el «confinamiento»

Pero, ¿qué significa «confinamiento»? ¿qué es un «confinamiento controlado»?

Un confinamiento controlado para residuos peligrosos es un lugar totalmente seguro que se construye con el fin de recibir residuos de este tipo. Debe instalarse en lugares alejados de los centros de población y, sobre todo, en donde exista poca lluvia y no pasen corrientes de agua subterránea, pues el objetivo es reducir al mínimo posible el riesgo.

El tratamiento de las pilas en desuso comienza por asegurar almacenar las pilas según un mecanismo que garantice que no se producirá contaminación por lixiviación. En internet leímos que se ha diseñado un sistema que cuenta con cinco barreras de seguridad, conformada por el uso de tres componentes:

· Compuestos químicos que neutralizan, inhiben y secuestran posibles pérdidas de los metales pesados que contienen las pilas.
· Bolsas de polietileno de alta densidad, termoselladas con extracción de aire.
· Claustro (bloque de hormigón).

Los pasos del tratamiento con los que se obtienen las cinco barreras de de seguridad son los siguientes:

1. Se tomo una cantidad de aproximadamente cincuenta pilas, introduciéndolas en una bolsa pequeña, donde en su interior se vuelca polvo secuestrante en cantidad suficiente para que las pilas queden cubiertas totalmente.
2. Se colocan de tres a cinco bolsas pequeñas en una bolsa mayor, repitiendo el vuelco del polvo secuestrante en su interior realizando el posterior termosellado con extracción de aire de la bolsa grande.
3. La bolsa grande se introduce en un molde para la construcción de hormigón, previniendo que mantenga una distancia apropiada con el exterior del bloque. Para esto se debe realizar un primer vuelco del material, vibrarlo, verificar el espesor resultante, introducir la bolsa y completar la carga, rasando por último la cara superior.

Una vez terminado el tratamiento, la disposición final se refiere al uso del bloque de hormigón.

Este será destinado a lugares especialmente seleccionados (confinamiento controlado) según la descripción inicial.

Nunca se olvidará que resulta especialmente desaconsejable utilizarlo para cualquier tipo de actividad humana (viviendas, paseos públicos, construcciones, etc) por el riesgo de producir un desastre ecológico mayor que el mal que se quería evitar.